miércoles, 2 de diciembre de 2009

Nunca me detuve a percibir siquiera la brisa del viento
sobre mi rostro una noche de noviembre
El atardecer a la orilla del mar con el Sol a cuestas
contemplar sus matices multicolores ...
Unos brazos alrededor de mi cintura y una voz susurrandome al oído
Era tan extraño, lejano y presente vivir sin su presencia
Sin sus frases de aliento...
El sabor y la forma en que él me besaba
Sus manos acariciando mi rostro y todos los efectos que su mirada
causaba y aún causa en mi
Es algo tan estúpido seguir escribiendo esto...
cuando sé que ya no siente lo mismo
Vuelvo al punto de encuentro donde ambos somos
dos extraños y solitarios seres que una vez se amaron...
Pero que ya no abrá segunda parte.

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